Cuando el río suena, Gustavo Roldán
-Hablando de ríos-dijo el yacaré mientras todos hablaban del calor -, creciente grande fue la del año pasado en que el agua llegó hasta el algarrobo más alto.
-Usted perdone, amigo yacaré -ďijo la pulga-, pero nadie está hablando de ríos.
-Pero hablaban del calor, ¿y qué hace uno cuando el calor aprieta?
-Uno se mete en el río-dijo el bicho Colorado.
-Claro que sí -se entusiasmó el piojo- , y ya mismo me largo al agua.
Y desde la cabeza del ñandú pegó un salto y se zambulló en el río.
vio doña pulga? ¿Vio que estaban hablando del río?
-Puede ser, pero hablábamos del calor más caluroso del mundo y nadie hablaba de la creciente.
-¿No? Ustedes sabe muy bien que los ríos crecen todos los años...
-¿Qué tiene que ver? Aquí estamos hablando del calor.
-Eso es lo que yo digo, hablando de los apurones que nos da la vida.
-Usted hablaba de la creciente y no de los apurones
-Claro, pero si los ríos crecen todos los años, este año también tendría que venir una creciente.
-Eso es cierto- dijo la pulga-, aunque no sé qué tendrá que ver con los apurones. Usted me confunde amigo yacaré.
-¿Acaso no vio que cuando llega la creciente todos salen a los apurones tratando de escapar?
-Bueno, pero nosotros estábamos hablando del calor.
-Eso digo yo -dijo el yacaré-, estaban hablando de los apurones.
-No, don yacaré, no me confunda.
-¿Hablaban o no hablaban del calor?
-Sí, de eso sí que hablábamos.
- Y para el calor no hay nada mejor que el río, ¿no es cierto?
- Eso no lo discuto.
- Y los ríos crecen todos los años...
- También es cierto.
- Y cuando llegan las crecientes todos salen corriendo, apurados...
- Me acuerdo muy bien de cómo escapamos con el piojo y el bicho Colorado. Fue la escapada más rápida del mundo.
- Entonces podemos decir que también estaban hablando de los apurones.
- Mire, don yacaré, no entiendo nada. Nunca estuve ta confundida. Tengo la confusión más confusa del mundo.
- Ahí quería llegar. Estamos hablando de confusiones.... ¿Se acuerda de esa inmensa creciente que arrastraba troncos y camalotes y rimufia como mil pumas juntos?
- Claro que me acuerdo...
- ¿Y se acuerda del miedo que daba ver subir y subir el agua y llevarse todo lo que cruzaba en el camino?
- ¡Cómo no me voy a acordar si todavía tiemblo de sólo pensar ej el susto que nos pegamos! ¡Tuve el miedo más miedoso del mundo!
- Dígame, amiga pulga, ¿y ahora está escuchando ese ruido como del rugido del puma?
- Eso me pareció, pero como ahora solos amigos del puma... Usted sabe que después de la gran pelea del puma y el piojo nos hicimos amigos. Ya no le tenemos miedo.
- Si pero hablando de rugidos...
- ¿Ahora vamos a hablar de rugidos? Usted vino con muchos problemas, amigo yacaré...
- Eso digo yo, hablando de problemas...
- Mire don yacaré, comencemos de nuevo. ¿De qué quiere hablar? ¿Del calor? ¿De los ríos? ¿De la creciente? ¿De los apurones? ¿De las confuciones? ¿De los leones? ¿De los rugidos? ¿De los problemas?
- ¡Eso mismo! ¡Eso mismo ¡Y apurémonos de una vez por todas, que esos no son rugidos! ¿No ven que la creciente se nos viene encima? ¡Y ustedes meta charlar y no me dejan explicarles que en una segundo más y vamos a terminar en la otra punta del mundo!
Ilustración de Roberto Cubillas en "Cuando el río suena" de Norma.
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